¡Buenas tardes! Bienvenidos a la primera entrada del blog.
Soy Inmaculada Garzón y actualmente estudio Educación Primaria en la
Universidad de Salamanca. Vivo en un pequeño pueblo a unos quince minutos del
centro de Salamanca, aunque la mayor parte de mi tiempo lo paso en la ciudad,
sobre todo en invierno. Desde que tenía cinco años he ido a un colegio
concertado que también ofertaba ESO y Bachillerato, por lo que he desarrollado
toda mi vida académica en él hasta llegar a la universidad.
En la entrada de hoy hablaremos de mi experiencia con la
Educación Artística y con el arte en general:
Desde pequeña me ha gustado mucho dibujar y hacer
manualidades. recuerdo que siempre en casa de mis abuelos, en la de mi tía, en
la de mis vecinos, y por supuesto en la mía, tenía cuadernos para dibujar y
colorear, y me podía pasar las horas sentada entretenida con ellos. También,
como curiosidad, recogía piedras de los caminos para luego pintarlas. Hoy en
día me sigue gustando mucho todo lo que tiene que ver con dibujar y hacer
manualidades, sobre todo esto último, y toda excusa es buena para hacer alguna,
sobre todo en los cumpleaños, ya que prefiero regalar algo hecho por mí que
comprado.
En el colegio siempre tuve profesoras de plástica, y en
primaria, por lo general, lo que solíamos era hacer era dibujos y alguna
pequeña manualidad, pero siempre siguiendo el blog de alguna editorial. Los
días especiales como el Día de la Paz, el del fundador del colegio, el del
Padre, etc. era cuando hacíamos algo más elaborado, pero tampoco eran cosas muy
complicadas. Usualmente las clases de plástica trabajaban de forma tradicional.
Era una de mis asignaturas favoritas, y lo que menos me gustaba era que se
evaluara junto a música. En estos años, en el ámbito extraescolar, acudía a
diferentes actividades que organizaba el museo DA2 en colaboración con el
Ayuntamiento de Salamanca.
Durante toda la ESO tuve la misma profesora, y con ella
hacíamos cosas muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Nos ponía retos
que aparentemente nos resultaban imposibles, pero finalmente, todos lo conseguíamos.
Por supuesto que dibujábamos como siempre habíamos hecho, pero copiábamos
grandes obras como El Grito de Munch, Maternidad de Picasso o El barco de mariposas
atribuido a Dalí no todo era dibujar, también dejaba libre nuestra imaginación,
por ejemplo, una vez tuvimos que diseñar una etiqueta de vinos. No obstante,
esto no quedaba ahí, también hacíamos dibujo técnico, aunque muy básico,
dábamos algo de teoría, y hacíamos alguna manualidad como, por ejemplo, con una
caja de zapatos tuvimos que hacer un juguete para un niño. Lo que más me
gustaba de todo eran las películas, las veíamos de todo tipo, desde Con faldas
y a lo loco hasta Tadeo Jones, y luego trabajábamos con ellas, analizábamos
diferentes planos, hacíamos dibujos sobre alguna escena…, e incluso en alguna
ocasión hicimos nuestro propio corto. Los cuatro cursos de la ESO fueron en los
que más disfruté del arte, y aquella profesora hizo que me interesará y gustará
mucho más. En los años posteriores no
recibí ninguna formación artística hasta ahora, pero en mis ratos libres seguía
haciendo alguna cosa.
Creo que el arte debería estar mejor valorado en la educación
y habría que invertir más en él, porque en mi opinión es una disciplina igual
de importante que las matemáticas o la lengua, ya que ayuda a expresar al niño lo
que siente y además su parte artística e imaginativa es imprescindible para un
buen desarrollo, por lo que pienso que nunca debería desapareces del plan de
estudios. Además, hoy en día vivimos en una sociedad cargada de dispositivos
electrónicos y creo que el arte también se debe adaptar a ellos, y que en los
colegios sería bueno que se utilizaran las TICs para enseñar esta disciplina.
Para mí lo primero que tiene que tener un buen profesor es
interés y vocación por la profesión, que esté bien formado y con una formación
continua, y además tiene que educar en valores. El profesor ideal tiene que
proporcionar aprendizajes significativos para que el alumno pueda conseguir los
objetivos en cada etapa, y no solo alcanzarlos, sino también superarlos.
Me gustaría ser una profesora con los aspectos anteriores y
muchos más, teniendo en cuenta las características de cada alumno, quiero
educar en equidad. Fomentando la interacción alumno-escuela-familia, ya que me
parece importantísima en la educación. En un futuro quiero dedicarle todo el
tiempo que sea necesario a mi trabajo, y poder contar con los recursos
necesarios, con el fin de llevar a cabo de la mejor manera posible mi labor
educativa.
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